Placeres sencillos
- Sandra Rossi
- 9 oct 2017
- 2 Min. de lectura

Los placeres sencillos están al alcance de todos, están contenidos en envases simples, no es necesario que cueste una fortuna, simplemente hay que tener en muchos casos, creatividad, un poco de hedonismo y la capacidad de apreciarlo exactamente como son. La vida de por sí nos ofrece placeres simples y gratuitos a diario, como los amaneceres y atardeceres que todos hemos disfrutado en cierto momento y en algún punto estratégico del planeta. Los placeres simples se pueden apreciar en la comida, en la naturaleza, en la música, en una buena lectura, en un cuadro, una buena charla, en llevar unos cómodos vaqueros o calcetines de algodón, dormir en un colchón cómodo a la luz de la luna, etc. Existe una amplia gama de delicias y goces gratuitos, y no hay que ser precisamente sibarita o muy exigente para que cada día vivamos uno a plenitud. El placer culinario, en mi opinión, no solamente lo consigues en un restauran con infinitas estrellas Michelin, lo puedes sentir saboreando un bol con Corn flakes y leche templada, o simplemente en un trozo de pan con mantequilla, en un huevo frito y dejarle la amarilla a medio cocer y luego degustarlo humedeciendo el pan en él, para mi es uno de los grande y sencillos placeres del mundo, puede que cause gracia, pero es así, tomarte un té cuando el frío nos envuelve es una bendición indiscutiblemente. No hay que gastar mucho para ello.

Otro placer sencillo, es caminar sin destino y que la brisa te nuble la mente con sus soplos y te lleve sin más al infinito, otro placer absurdo sería que te pique un mosquito y no puedas parar de rascarte la piel, de la sensación tan “deleitable” que provoca, caminar descalza, libre de incomodos calzados por la arena de la playa o naturalmente en casa.
Escuchar música que te traslade al pasado, a lugares desconocidos y te hagan vivir historias que no son las tuyas. Llevar un vestido que pareciera tú segunda piel de lo maleable y liviano que resulta, una carcajada que te deje sin fuerzas, conversaciones con gente amena e interesante, tomar agua fresca cuando la sed nos domina es lo más divino de la existencia, es indudable.

En la vida los placeres sencillos abundan, y lo mejor de todo es que no hay que ser tan exigentes para saberlos reconocer cuando se presentan ante nosotros. Mi lista de placeres sencillos es bastante extensa, el placer de disfrutar de la música, la comida, hacer fotos de lo que sea, editarlas y subirlas a Instagram, una buena lectura y un buen programa de televisión cuando sabes que ya las tareas están hechas y no hay obligaciones pendientes, son placeres sencillos, porque te hacen suspirar y sonreír al instante. La vida, vista desde otra óptica sin complicaciones, con el espíritu dispuesto y sencillo, es muy simple y maravillosa.
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